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De latinos o cuando el dedo señala la luna

Diciembre de 2024

Un colectivo de gran diversidad, pero también muy relevante para España.

El estudio publicado recientemente por nuestra fundación, Demografía, vivienda y brechas de riqueza, destaca que la inmigración ha sido clave para evitar una implosión demográfica en España. Desde el año 2000, los flujos migratorios han sido determinantes, con más de 7 millones de personas nacidas fuera del país integrándose en la población española. Esto ha permitido compensar el descenso de la natalidad, que ha caído drásticamente en las últimas décadas, y ha permitido mantener el crecimiento poblacional neto. Sin estos flujos, España estaría enfrentando una caída demográfica aún más pronunciada, como ocurre en otros países de nuestro entorno. El estudio destaca, asimismo, que considerando las diferentes variables demográficas, la inmigración seguirá siendo indispensable para mantener el funcionamiento económico y social del país. Se estima que en cinco décadas la población no nacida en España representará el 40% de los residentes.

América Latina ha sido, en lo que va de siglo, uno de los principales orígenes de esta migración y, muy probablemente, continuará siéndolo en el futuro gracias a los vínculos culturales y lingüísticos que facilitan una integración más rápida y efectiva. De hecho, durante la presentación del estudio se destacó que esta circunstancia podría convertirse en una ventaja competitiva para España, facilitando la atracción de talento. Aspecto relevante teniendo en cuenta el envejecimiento general de la población europea, que demandará capital humano procedente de otros países para cubrir las necesidades productivas y dar cobertura a una población envejecida.

Basado en estos datos, en uno de los foros de presentación del estudio, un asistente hizo una reflexión inquietante: ante estos niveles de inmigración y viendo los recientes resultados de Estados Unidos, ¿nos enfrentamos a un riesgo inminente de auge del populismo? Aunque preocupante, esta cuestión invita a un análisis más profundo. Como señala el Informe sobre Desarrollo Humano 2023/2024 de Naciones Unidas: en contextos de libertades garantizadas, las prioridades ciudadanas se orientan hacia la seguridad económica y la calidad de vida. Hecho que afecta por igual a todos los residentes en un país, con independencia de su origen, y que se ha acentuado en las principales economías.

Los inmigrantes buscan prosperidad y seguridad, al igual que los ciudadanos nacidos en el país. Aunque sus necesidades iniciales sean más acuciantes, una vez asimilados en la sociedad, sus preocupaciones reflejan las de cualquier otro residente.

Diversos estudios del Parlamento Europeo han evidenciado la creciente desconexión entre la clase política y las necesidades reales de la ciudadanía. Cuando esto ocurre, el populismo encuentra terreno fértil para prosperar. Es aquí donde radica el problema.

Gestionar de manera efectiva el fenómeno de la inmigración para garantizar la integración e incorporación exitosa a la economía será indispensable, pero no perdamos de vista que la clave está en acercar las instituciones al ciudadano y trabajar por el bien colectivo. Esto implica vocación, compromiso, una mirada a largo plazo y pedagogía.

No comentamos el error de mirar el dedo en vez de la luna.

Adriana Scozzafava, directora general de Fundación Afi Emilio Ontiveros