Uso de cookies

Este sitio web solo utiliza cookies técnicas propias obligatorias con la finalidad de hacer que su navegación sea segura.
Asimismo, utiliza cookies de terceros opcionales para hacer análisis estadístico de las visitas a la web y conocer su usabilidad.
Si desea más información o cambiar la configuración de su navegador, puede visitar nuestra Política de Cookies.
Pulse el botón "Rechazar cookies opcionales" o "Aceptar todas las cookies" para confirmar que ha leído y aceptado la información aquí presentada.

Teletrabajo y sostenibilidad

Noviembre de 2023

Confieso que soy defensora de las posibilidades reales de trabajar en remoto, ser productivos y de la necesidad de erradicar la cultura del presentismo, si bien reconozco que estamos aún lejos de resolver aspectos que preocupan a la mayor parte de los miembros de la directiva. ¿Cómo mantener la cultura corporativa? ¿Cómo vincular a la plantilla de trabajo ¿Cómo asegurar la transmisión de conocimientos formales e informales producto de la interacción diaria en el trabajo?

Todos temas de calado, de los que no tengo constancia que se haya avanzado significativamente, más allá de plantear fórmulas de trabajo mixtas, o la vuelta total al formato presencial en sectores en los que la oferta de trabajadores permite aplicar tales estándares.

Dicho lo anterior, lo que ha llamado mi atención es un análisis publicado en Harvard Business Review, HWR, reflexionando sobre algo que hemos dado por sentado desde la pandemia: el impacto positivo del teletrabajo en la reducción de la huella de carbono.

No existe consenso sobre el impacto del teletrabajo en la sostenibilidad ambiental. Algunos estudios señalan sus bondades, mientras otros indican un impacto neutro o incluso negativo. El impacto neto en la sostenibilidad depende del comportamiento del equipo, del entorno donde trabajan y de la infraestructura de la localidad donde habitan.

HWR señala cuatro dominios: la energía, los desplazamientos, la tecnología y los residuos.

Sobre las emisiones de energía residencial, ¿hemos valorado su impacto? ¿deben las empresas incluir estas consideraciones al facilitar el trabajo en remoto?

Los desplazamientos al trabajo, que ha sido uno de los puntos más destacados, resulta que si bien se han reducido, se ha observado un aumento de los viajes no laborales y de los trayectos cortos. ¿Somos conscientes de ello? ¿Valoramos siempre el uso de alternativas de transporte público? ¿Avanzan las infraestructuras de movilidad a la velocidad requerida?

El componente tecnológico y la generación de residuos también juegan un papel fundamental. Ha habido un aumento en el consumo de dispositivos electrónicos y las empresas deben ser conscientes de la necesidad de minimizar la generación de residuos electrónicos no reciclados de manera formal. ¿Hay duplicidades de dispositivos? ¿Recogen las políticas y prácticas de reciclaje de la empresa el reciclaje de componentes electrónicos?

Como todo problema complejo se requiere de actuaciones en múltiples ámbitos.