Profesiones digitales: el futuro es digital y las mujeres deben estar
Marzo de 2023 Que las mujeres no estén presentes desde edades tempranas, en las aulas en las que se imparten disciplinas de alto componente digital y tecnológico es una constatación que se traslada al mercado laboral. Pero este desequilibrio en la etapa educativa no es la única causa que explica la brecha de género que existe en las profesiones digitalesEs incuestionable que la sociedad española en su conjunto es más digital tras el COVID-19. En este nuevo contexto algunas brechas de género existentes antes de la pandemia se han cerrado, pero otras persisten
Pese a que lo primero que se piensa cuando se habla de profesiones digitales es en aquellas relacionadas con ingenierÃas, informática o matemáticas (las disciplinas denominadas STEM), en los últimos años han surgido nuevas profesiones en las que, si bien no necesariamente están relacionadas con las ramas más cientÃficas, el componente digital es muy relevante. Son profesiones que nacen en el entorno digital fruto de nuevas necesidades especializadas que demanda dicho entorno; o son profesiones tradicionales que requieren de forma creciente la aplicación de habilidades digitales especializadas.
La elección de una profesión es una decisión que se toma idealmente de forma consciente, reflexiva y autónoma. Una profesión se define como el ejercicio habitual de una actividad para la que las personas se han preparado y que, por ejercerla, adquieren el derecho a recibir una remuneración. El ejercicio de una profesión es generalmente el medio habitual por el que las personas generan los ingresos con los que desarrollan el resto de las actividades de la vida diaria, financian sus planes de vida, consumen, invierten y ahorran.
Si observamos el alumnado en España a partir de las etapas posobligatorias de la educación reglada -en los niveles de estudio básicos y obligatorios el aprendizaje y uso de herramientas digitales está presente de manera transversal y no es susceptible de elección- comenzando con las etapas de Formación Profesional Básica, Grados Medios y Grados Superiores de la Formación Profesional, las mujeres apenas representan el 22,1% del alumnado en las titulaciones de tipo digital, es decir, hay únicamente 0,28 mujeres por cada hombre matriculado en este tipo de formaciones. Y las mayores diferencias se registran en los Grados Medios, en los que la participación de las mujeres cae hasta el 8,7%, lo que se traduce en una ratio de menos de 0,1 mujeres por cada hombre matriculado. En las formaciones de tipo no digital, sin embargo, las mujeres representan el 55,0% de las matriculaciones, por lo que en estas disciplinas no digitales hay 1,22 mujeres por cada hombre matriculado.
Si avanzamos en el itinerario alternativo de estudios posobligatorios, el Bachillerato, encontramos una ausencia absoluta de datos públicos, ya que las comunidades autónomas solo publican datos desagregados en categorÃas más amplias, quedando englobadas las disciplinas digitales en las de Ciencias, junto con las biológicas y de la Salud.
Entre las múltiples causas que limitan los incentivos de las jóvenes por estudiar titulaciones de tipo digital en la etapa de educación secundaria, cuando comienzan a seleccionar sus itinerarios, se encuentra la desinformación sobre la realidad profesional de estas áreas de conocimiento. Este es un hallazgo de una investigación de la OCDE[1] que desvela que en España las jóvenes son más dadas a buscar orientación sobre sus opciones académicas y profesionales en sus propias escuelas y en Internet, mientras que ellos participan más en actividades de orientación que implican una mayor interacción con profesionales y que tienden a realizarse más allá del entorno escolar, como prácticas profesionales y visitas a empresas.
A partir de datos publicados por el Ministerio de Universidades se confirma que las mujeres están más presentes en las universidades que los hombres (por cada hombre hay 1,28 mujeres) y que además muestran un mejor desempeño académico, no lo están en las carreras universitarias de intensidad digital. En estas, por cada hombre matriculado hay 0,54 mujeres, a pesar de que también muestran mejor desempeño académico que ellos, medido por la tasa de egreso universitario (esto es, personas que han acabado sus estudios) que en las disciplinas digitales de grado es del 27,4% para ellas frente al 18,1% para ellos
En términos de número de personas, 27.000 mujeres finalizaron sus estudios de grado en un campo educativo digital en 2020 (el 21,7% de las mujeres que egresaron ese año), mientras que fueron 36.000 hombres los que lo hicieron (43,0% de los hombres egresados). En el caso de los másteres, el porcentaje de hombres egresados de un máster en competencias digitales duplica al de las mujeres, 30,3% frente al 14,7%.
Todo ello implica que hay 0,75 mujeres por cada hombre egresado en titulaciones digitales en nivel de grado y 0,70 en nivel de máster, a pesar de que siguen siendo las mujeres las que tienen mayores tasas de egreso tanto en titulaciones digitales como en el resto de las titulaciones no digitales.
Y esto ocurre en un contexto en el que se constata año a año, a través de la tasa de afiliación, que las titulaciones universitarias digitales presentan una mayor empleabilidad que el resto de las disciplinas, una diferencia que supera los siete puntos porcentuales.
Que las mujeres no abunden en los empleos de carácter tecnológico y digital es en gran medida resultado de que no han estado previamente en las aulas donde se imparten disciplinas digitales.
Los microdatos de la EPA informan que, del total de las mujeres ocupadas, 295.000 (el 3,2%) lo está en profesiones digitales, mientras que son más de 875.000 los hombres en dicha situación (el 8,2%). Las mujeres representan por tanto el 25,2% del total de las personas ocupadas en profesiones digitales o lo que es lo mismo, por cada hombre trabajando en ocupaciones digitales hay 0,34 mujeres.
Pero los datos empeoran si hacemos "doble clic" en las ramas de actividad de gran intensidad digital: el número de hombres ocupados en profesiones digitales quintuplica al de mujeres en el sector de información y comunicaciones, y lo cuadruplica en la industria manufacturera. Y más limitada aún es la presencia de mujeres en ocupaciones digitales que están llamadas a ser protagónicas en el futuro, como en el ámbito de la ciberseguridad, los desarrollos blockchain, inteligencia artificial, robótica, analÃtica de datos e incluso la industria de los videojuegos.
La lectura positiva de este drama es que entre las cohortes más jóvenes está aumentando el peso de las personas ocupadas en profesiones digitales respecto al total de ocupados de cada grupo de edad, a la par que se reduce la brecha de género. También se observa que cuanto más avanzado es el nivel educativo de las personas, mayor es la presencia de profesionales digitales y menor es también la brecha de género.
Sabemos también que las actividades digitales son más resilientes ante las crisis, como la del COVID-19, y que en el periodo 2019 y 2021 las mujeres ocupadas en profesiones digitales han crecido a un ritmo anual del 5,6%, mientras que los hombres lo han hecho a un ritmo anual del 2,1%.
Ese es el camino que necesitamos seguir para prevenir una brecha de talento digital que nos impida, como paÃs, dar respuesta a todas las futuras necesidades de profesionales digitales. Sin embargo, aun manteniendo este ritmo de crecimiento, el número de mujeres ocupadas en actividades digitales no se equiparará al de ocupados hombres hasta 2053.
De acuerdo con las previsiones elaboradas por Afi, el empleo digital en España crecerá entre 2021 y 2030 a un ritmo anual compuesto del 1,3%, lo que representarÃa un incremento de 142.000 ocupados nuevos en nueve años. De continuar con ese ritmo de crecimiento, el empleo digital aumentarÃa en 589.000 empleos en 2053, situándose el número de trabajadores digitales en torno a los 1,8 millones de efectivos en total
La brecha de género en las profesiones digitales supone un coste de oportunidad inasumible.
Con este escenario base, nos enfrentarÃamos en España a dos brechas, que además se retroalimentan:
Por un lado, la brecha de género en las profesiones digitales no se cerrarÃa nunca, porque perdurarÃa una ratio de 0,34 mujeres ocupadas en profesiones digitales por cada hombre en la misma posición, como la actual.
Por otro, se producirÃa una brecha de talento digital en España, al ser esos 1,8 millones de personas insuficientes para atender las previsiones de crecimiento de los nuevos empleos digitales o empleos tecnológicos de nueva creación, que se estima en 2,9 millones en 2053. Una brecha entre la oferta y la demanda de ocupaciones digitales de 1,1 millones de empleos digitales sin ocupar. Esta es la cifra de la brecha de talento digital en España.
El coste de oportunidad de esa brecha del talento digital en la economÃa española ascenderá a 71.700 millones de euros en 2053, equivalente al 6,4% del PIB de 2021, y solo en términos de mercado laboral, sin contemplar todos los efectos que implica quedarse atrás en un mundo globalizado y digitalizado.
Para cerrar ambas brechas (la de talento digital y la de género en las profesiones digitales) ni siquiera hacen falta tasas de crecimiento tan extraordinarias como las que hemos observado en el periodo 2019-2021. Creciendo las ocupadas en actividades digitales al 5,1%, 0,5 p.p. menos de lo que han crecido en los últimos dos años, y los ocupados al 1,6%, también medio punto menos, conseguirÃamos cerrar la brecha de género en 2053 y, con dicho cierre, se producirÃa un ajuste entre la oferta y la demanda en el mercado laboral digital.
En el emprendimiento digital las brechas de género también están presentes. En el acceso a la financiación para el emprendimiento digital del ecosistema tecnológico europeo lejos de corregirse la brecha de género se ha acrecentado en los últimos años. AsÃ[2] en 2021 las startups europeas fundadas por mujeres recaudaron la proporción más baja de capital desde el año 2017 (1,1% del capital). En España, el porcentaje asciende al 3%, lo que nos sitúa en una posición aventajada, aunque igualmente lamentable.
¿Qué hacer?
Son necesarias nuevas miradas a los datos que disponemos, además de mejorar su disponibilidad para poder realizar buenos diagnósticos, honestos y completos, que sean en definitiva útiles para tomar decisiones y buscar soluciones a los problemas.
Son muchos los espacios en los que actuar para reducir la brecha. Desde el ámbito universitario, hasta la reducida presencia de mujeres en los grandes eventos tecnológicos de carácter público.
Debemos tomarnos muy en serio lo que ocurre en la educación secundaria obligatoria, porque ahà empieza todo. Y uno de los motivos de que en ese momento se inicie la brecha es la ausencia de referentes: entre el profesorado universitario -donde apenas una de cada cátedra en disciplinas digitales está ocupada por una mujer-; entre los CEO -posiciones con una extraordinaria ausencia de jefas en las grandes empresas del sector; entre los Key Note Speakers de grandes eventos tecnológicos que otorgan visibilidad y notoriedad pública.
Más mujeres referentes, visibles, que motiven a las mujeres más jóvenes a elegir las disciplinas digitales como profesión. Y ya se ha constatado que solo sumando a más mujeres podremos salvar una importante brecha de talento digital en España.
[1] Career ready? How schools can better prepare young people for working life in the era of COVID-19
[2] https://sifted.eu/articles/european-tech-2021-atomico/