Una oportunidad
Octubre de 2022He de reconocer que me molesta leer y escuchar, con cierta asiduidad, que los jóvenes en España no pueden ahorrar.
Dejando a un lado situaciones de pobreza extrema, si hacemos una revisión rápida de algunos gastos no esenciales encontramos: Spotify 4,99¿ al mes, PlayStation 13,99¿ al mes y, el triste dato difundido coincidiendo con el dÃa del Cáncer de Pulmón, 360 pitillos de tabaco de liar al mes. Todo esto suma cerca de 270¿ al año.
El principal problema del ahorro es de hábito, de pensar en el medio plazo y de expectativas de futuro. Tres cosas que fallan.
La creación de hábitos, según los expertos, se produce durante la infancia hasta los nueve años. Y la mayor parte se adquieren en el hogar vÃa la interacción y observación de los padres.
Si bien en España hemos sido tradicionalmente un paÃs de ahorradores, el contexto actual de cultura del consumo e inmediatez en el que nos hemos instalado no ayuda, ni por lo que hacemos los padres, ni por los estÃmulos que reciben los niños y niñas. Esto obliga a poner más intencionalidad en la formación del hábito del ahorro.
Permitámosles manejar su propio dinero y animémosles a gastar. Si, lo contrario de lo que pensarÃamos, pero si les permitimos tener su propio dinero para afrontar "caprichos", inevitablemente se enfrentarán en algún momento a un deseo que cuesta más dinero del que tienen. Y es aquà donde podemos ser más efectivos los mayores ayudándoles a practicar la gratificación retrasada. Competencia útil para la vida en general.
Establezcamos la semana, o mejor aún, el mes sin gastos. Durante este periodo toda la familia se compromete a no gastar. Es una manera rápida de ahorrar dinero y un esfuerzo que ayuda a ver el tipo de gastos sin los que puede vivir. Nos sorprenderemos al ver a final de mes lo que hemos sido capaces de ahorrar en tan poco tiempo y nos ayudará a tener una mayor conciencia sobre nuestras decisiones de gasto.
Más allá de estos pequeños trucos y de ser conscientes de lo crÃtico de haber creado hábitos en la infancia, no podemos obviar otro tema que desalienta al ahorro juvenil, y es que en el subconsciente colectivo ahorrar es sinónimo de hipoteca y casa. Algo que los jóvenes ven inalcanzable. ¿Para qué ahorrar si es imposible comprar una casa?
Tenemos por delante el reto de concienciar a la población joven. Explicar que hemos confundido ahorro para prevención y futuro con ladrillo. Que ahorrar además de para "caprichos" es para hacer frente a la incertidumbre. Lo que tienen por delante. Y que están ante la oportunidad de ahorrar con más amplitud de miras evitando convertirse en otro anciano más con necesidades apremiantes que no puede cubrir. Eso sÃ, teniendo una casa que dejar a sus herederos.