De Lovelace a Turing
Marzo de 2022 Lovelace se autodenominaba «cientÃfica poetisa» e hizo incursiones en el mundo de la literatura, la traducción y la ingenierÃa, mientras que Turing se desarrolló en disciplinas como la criptografÃa, la lógica, la estadÃstica, la inteligencia artificial y el deporte, de forma brillante.PermÃtanme la redundancia de hacer coincidir el tÃtulo de este primer artÃculo con el nombre de la columna que lo contiene.
Se da la afortunada coincidencia de que esta tribuna nace en el mes de marzo, que acoge en su octavo dÃa el «DÃa Internacional de la Mujer», pretexto ideal para hablar de Ada Lovelace que, aunque no fue la primera persona programadora de la historia, hizo contribuciones mucho más importantes para plantar el germen de la informática moderna.
Ada Lovelace, hija del libertino y magnético poeta Lord Byron, consiguió desempeñarse como una brillante matemática, a la vez que formaba parte de la alta sociedad londinense a mediados del siglo XIX. Durante su vida se relacionó con grandes cientÃficos y matemáticos de la época, siendo su relación más fructÃfera la que mantuvo con Charles Babbage, que diseñó la llamada «máquina analÃtica» que, aunque nunca llegó a construirse, se considera la primera computadora de la historia.
Aunque Babbage se centró mucho más en el diseño que en las consecuencias prácticas del invento, Lovelace tuvo una importante visión: la representación numérica empleada por este tipo de máquinas podrÃa emplearse para representar otros elementos de la realidad, como letras, música y gráficos. Los números tienen un valor simbólico, pudiendo manipularse para que las máquinas puedan hacer «cualquier cosa que sepamos ordenarle que realicen». Esta visión es la base fundamental de la industria del software que se desarrollarÃa décadas después.
Ochenta años después del fallecimiento de Ada Lovelace, Alan Turing desarrolló un modelo que explicitaba el concepto de algoritmo y computación: la máquina de Turing. Además de esta contribución a la ciencia teórica y aplicada, Turing hizo muchas otras. La más notable es la creación, bajo su dirección, de la máquina «Bombe», con la que los aliados consiguieron desencriptar los mensajes que los nazis codificaban con una máquina llamada «Enigma». Se estima que esta invención acortó la guerra en dos años, salvando más de una decena de millones de vidas humanas.
Además de estar unidos por el hilo de la historia de las ciencias de la computación, Lovelace y Turing comparten otros atributos. Ambos tuvieron una aproximación multidisciplinar, abierta y alternativa a la ciencia. Lovelace se autodenominaba «cientÃfica poetisa» e hizo incursiones en el mundo de la literatura, la traducción y la ingenierÃa, mientras que Turing se desarrolló en disciplinas como la criptografÃa, la lógica, la estadÃstica, la inteligencia artificial y el deporte, de forma brillante. Ambos se negaron a someterse a vivir según los cánones de su época. De ella se esperaba que viviera una vida de aristócrata, no inmiscuyéndose en labores impropias de las mujeres, como el pensamiento crÃtico o el estudio de los fundamentos de las matemáticas. Turing fue condenado a la castración quÃmica por su homosexualidad, que siempre reconoció y de la que se negó a disculparse, hasta sus últimas consecuencias.
Si algo comparten Lovelace y Turing es la capacidad de salirse de un esquema de pensamiento inercial, y de unir capacidades, disciplinas y esquemas de pensamiento aparentemente alejados para concebir nuevos conceptos y señalar caminos inexplorados que otros han transitado , para dar lugar a la revolución digital en que en este momento estamos inmersos, y que iremos desgranando periódicamente en esta nueva tribuna.