Empresa y filantropía
Agosto de 2021 ¿Y en España? A menudo oigo las quejas de empresas, fundaciones y particulares sobre el marco legal y regulatorio de la filantropía. Es cierto que en el mundo anglosajón están décadas por delante. Pero también ocurre que tenemos una cultura del patronazgo y de la filantropía más bien pusilánime.Jeff Bezos, fundador de Amazon y la persona más rica del planeta, acaba de anunciar mientras escribo estas líneas que donará 100 millones de dólares a José Andrés para financiar sus actividades en la lucha contra el hambre y en favor de los damnificados por desastres naturales. No cabe duda de que una iniciativa filantrópica como esta puede tener un impacto social importantísimo.
¿Y en España? A menudo oigo las quejas de empresas, fundaciones y particulares sobre el marco legal y regulatorio de la filantropía. Es cierto que en el mundo anglosajón están décadas por delante. Pero también ocurre que tenemos una cultura del patronazgo y de la filantropía más bien pusilánime Las grandes empresas del Ibex 35 cuentan con diversos programas de mecenazgo y de apoyo a todo tipo de proyectos sociales, culturales y educativos. También hay fundaciones de renombre y de reconocido prestigio. Pero en general estamos todavía lejos de tener una actividad filantrópica comparable a la de otros países de nuestro entorno.
Creo que no se puede crear en un par de años lo que no ha surgido orgánicamente a lo largo de un siglo. Pero aún así, pienso que las grandes empresas, los emprendedores exitosos y las grandes fortunas deberían ponerse de acuerdo para crear un foro que impulse la actividad filantrópica en España, animando a aquéllos que todavía no realizan grandes esfuerzos. Problemas sociales y causas dignas de apoyo no faltan. Lo que brilla por su ausencia es una cultura de ayudar a la sociedad a superarlos.
En Estados Unidos, por ejemplo, existe una cultura muy enraizada de lo que los franceses llaman noblesse oblige, que podría traducirse literalmente. La nobleza, en efecto, obliga a preocuparse y a ocuparse de los menos afortunados. Entre los 200 firmantes del Compromiso de Donar promovido Bill Gates y Warren Buffet, se encuentran muy pocas fortunas europeas y ninguna española.
Algo parecido ocurre con las grandes empresas. Son pocas las que tienen una fundación separada creada específicamente para fines filantrópicos. Y menos aún las que animan a sus empleados a donar prometiendo que ellas mismas contribuirán en igual cantidad a la que aquéllos donen.
Creo que la tecnología ayudará a superar este déficit histórico en países como España. El famoso crowdfunding se extiende por todo el mundo. España y el resto de la UE (salvo Holanda) están muy por detrás de China, EEUU y el Reino Unido. Se trata por tanto de una reticencia cultural que caracteriza no solamente a los individuos y familias más pudientes. Vamos por detrás en todos los aspectos relacionados con la filantropía. Tenemos que cambiar.