La gesti贸n de escenarios econ贸micos para la banca en el contexto de la COVID-19
Diciembre de 2020 Es necesario un nuevo modelo de generaci贸n de escenarios que permita anticipar la evoluci贸n de los balances bancarios y la estimaci贸n de las p茅rdidas de la cartera crediticia. La capacidad para definir dichos escenarios, as铆 como las estrategias para su gesti贸n son piezas clave para enfrentar los retos que atravesar谩 el sector en los pr贸ximos a帽os.El debilitamiento generalizado de la econom铆a como consecuencia de la crisis sanitaria de la COVID-19 est谩 ahondado, a煤n m谩s, en el continuo y prolongado deterioro de la rentabilidad de las entidades financieras, como se pone de manifiesto en el peor comportamiento de la banca cotizada en sus respectivos 铆ndices burs谩tiles cuando se observa una serie temporal prolongada y apreci谩ndose, hasta la fecha, una limitada capacidad de recuperaci贸n.
El nuevo escenario ha acentuado la incertidumbre de los accionistas acerca de la capacidad de generaci贸n de niveles de rentabilidad adecuados al riesgo que asumen con su inversi贸n. Pero esta problem谩tica, sin embargo, no es nueva: las valoraciones bancarias ven铆an resintiendo los bajos niveles de rentabilidad mucho antes del estallido de la pandemia, fundamentalmente como consecuencia del entorno de bajos tipos de inter茅s y los escasos niveles de eficiencia. Todo ello, a pesar del esfuerzo de las entidades por acelerar su transformaci贸n digital y los modos de relacionarse con sus clientes, lo cual conlleva tambi茅n importantes inversiones que exigen asimismo transformar su proceso productivo.
A estas dificultades se suma ahora la duda acerca de los efectos del m谩s que previsible deterioro de calidad de los activos bancarios; seguro -si atendemos a la probabilidad de su ocurrencia- aunque todav铆a incierto en cuanto a la intensidad del shock y el momento en que se producir谩, como consecuencia de las ayudas prestadas por los gobiernos y las instituciones al tejido productivo y a los particulares.
No debemos perder de vista que nos encontramos ante una crisis sin precedentes, tanto por su magnitud como por la heterogeneidad de su alcance en sectores econ贸micos y geograf铆as. As铆 como, y no menos relevante, por su cambiante y abrupta evoluci贸n. Esta realidad no es, ni mucho menos, ajena a la banca que, como primer intermediario en la canalizaci贸n financiera, aparece expuesta de manera igualmente asim茅trica a la tenencia de carteras en territorios e industrias que ser谩n m谩s o menos vulnerables, m谩s o menos resistentes, a las consecuencias econ贸micas de la pandemia.
Por esta raz贸n, resulta imperativo, tanto para la preservaci贸n de la estabilidad financiera por parte de los supervisores como para la gesti贸n interna de las entidades, un nuevo modelo de generaci贸n de escenarios que permita anticipar la evoluci贸n de los balances bancarios y poner el foco de atenci贸n en la estimaci贸n de las p茅rdidas de la cartera crediticia. En los ejercicios supervisores desde una perspectiva m谩s macro, pero en el caso de las entidades con una visi贸n mucho m谩s bottom-up sobre el comportamiento de los sectores y geograf铆as donde se concentran sus carteras crediticias.
En esta misma l铆nea se ha pronunciado, en repetidas ocasiones durante los 煤ltimos meses, Andrea Enria, actual presidente del Consejo de Supervisi贸n del BCE. La 煤ltima, en una entrevista en Financial Times realizada el pasado 3 de diciembre, en la que expresaba de nuevo su opini贸n respecto a la mejor posici贸n de las entidades que est谩n siendo m谩s proactivas en la gesti贸n de la crisis y que han reevaluado cada cliente de forma individual anticipando un potencial deterioro de su riesgo de cr茅dito, frente a las que han realizado un ejercicio consistente en la dotaci贸n de un fondo gen茅rico o, por supuesto, frente a un tercer grupo que han adoptado un criterio de 芦esperar y ver禄, grupo este 煤ltimo que se ha convertido en uno de sus principales focos de preocupaci贸n.
La singularidad de la crisis actual hace, por tanto, de la construcci贸n de escenarios para la revisi贸n de los modelos de riesgo adecuados a las caracter铆sticas del negocio de cada entidad (tanto por la actividad sectorial de sus acreditados como por su localizaci贸n geogr谩fica) una tarea tan necesaria como compleja. A las dificultades relacionadas con la capacidad predictiva de riesgos de cola se suma la evaluaci贸n de la calidad crediticia de los prestatarios en el medio plazo y, por 煤ltimo, la integraci贸n de las medidas econ贸micas, monetarias y fiscales puestas en marcha por las autoridades para minimizar el impacto financiero de la COVID-19; singularmente el establecimiento de moratorias legales y sectoriales y la concesi贸n de pr茅stamos con garant铆a p煤blica.
En este sentido, los supervisores bancarios han venido desarrollando en los 煤ltimos meses una serie de ejercicios de sensibilidad a alto nivel conducentes, fundamentalmente, a anticipar el impacto de la pandemia en el coste del riesgo y la solvencia del conjunto del sistema financiero. De acuerdo con las 煤ltimas estimaciones realizadas por el BCE en su Financial Stability Review de noviembre, aunque se acredita el cumplimiento de los requerimientos de capital por parte de la mayor铆a de los bancos de la eurozona y, por tanto, que no hay no hay riesgo de inestabilidad financiera, las entidades que representan el 4% de los activos totales del sector bancario caer铆an por debajo de los umbrales del requerimiento de capital en sus previsiones centrales, porcentaje que se incrementar铆a hasta el 28% en el escenario m谩s adverso.
El esfuerzo emprendido por parte del supervisor para aproximar la capacidad de resistencia a la crisis del sistema bancario, sumado a la carencia en su an谩lisis de un detalle individual de cada entidad, pone el foco de atenci贸n en la relevancia que, todav铆a en el entorno de la COVID-19, tendr谩n los test de estr茅s de la EBA en 2021 y su contribuci贸n en la determinaci贸n del capital m铆nimo requerido a las entidades significativas.
Por 煤ltimo, cabe apuntar que la experiencia adquirida por los bancos y las autoridades reguladoras y de supervisi贸n en la gesti贸n de la pasada crisis financiera deber铆a ser un revulsivo para superar las turbulencias actuales. La posici贸n de la banca es hoy indiscutiblemente m谩s s贸lida, con niveles de solvencia muy superiores. Su esfuerzo en la reducci贸n de activos improductivos, y los procesos de concentraci贸n iniciados desde una perspectiva defensiva permiten pronosticar la sostenibilidad del conjunto de la industria. La capacidad para definir escenarios que anticipen el impacto del deterioro y las estrategias para su gesti贸n son piezas clave para enfrentar los retos que atravesar谩 el sector en los pr贸ximos a帽os.