Concentración empresarial
Mayo de 2019 La concentración adicional de estas ya "poderosas empresas" podrÃa tener consecuencias adversasEn alguna ocasión aquà y en otras publicaciones he tratado de reflejar la preocupación por esa tendencia observada desde hace tiempo hacia una mayor concentración empresarial, como en un artÃculo en El PaÃs el 12 de octubre del año pasado («Poder de mercado en ascenso»). Desde entonces, la evidencia y el análisis de las implicaciones de esa tendencia han ocupado una atención preferente. Ahora es el FMI el que en uno de los capÃtulos analÃticos del WEO correspondiente a abril de este año se ha ocupado de forma bastante completa, atendiendo fundamentalmente a sus implicaciones macroeconómicas.
Con observaciones empÃricas correspondientes a un millón de empresas de varios sectores económicos en 27 paÃses, dos tercios con economÃas avanzadas, parte de dos puntos esenciales:
- El poder de mercado ha aumentado en las economÃas avanzadas. A pesar de las dificultades para medirlo, los autores del informe aportan como evidencia, al menos parcial, la elevación de los markups -la ratio entre el precio de un bien sobre el coste marginal de producirlo- en torno a un 8% desde 2000.
- El incremento ha tenido lugar en varios sectores y en la mayorÃa de las economÃas avanzadas. Aunque se ha concentrado en mayor medida en una pequeña fracción de empresas más dinámicas, más productivas e innovadoras, entre las que desde luego se encuentran las tecnológicas.
Estos son los hechos ya conocidos y que recordemos fueron objeto de discusión en el último cónclave de banqueros centrales en Jackson Hole, el pasado julio. El WEO referido aborda cuatro grandes implicaciones macroeconómicas con un respaldo analÃtico creo que suficiente. La concentración adicional de estas ya «poderosas empresas» podrÃa tener consecuencias adversas como algunas de las siguientes tendencias observadas:
- Impacto sobre la inversión. A pesar de los bajos costes de financiación y los elevados retornos esperados, la inversión es débil, tal como se refleja en la ratio del valor de mercado de las empresas sobre el valor contable de su stock de capital, este último medido por la Q de Tobin.
La debilidad de la demanda podrÃa ser una causa más de lo anterior, como también el ascenso, no siempre medido adecuadamente, del capital intangible, de las que ya se ocupó el propio FMI en trabajos anteriores. También el descenso de los precios en las inversiones materiales explicarÃa parcialmente ese menor valor de la inversión.
Lo que sà es fácil de asumir es que el aumento del poder de mercado podrÃa conducir a que las empresas que lo ejercen invirtieran por debajo de lo que se considerarÃa el óptimo. - Una creciente desconexión entre una tasa de retorno del capital productivo y una descendente tasa de retorno de los activos considerados de menos riesgo, como los bonos gubernamentales y los de las empresas más solventes.
La mayor demanda de esos activos sin riesgo podrÃa ser una causa complementaria que justificara parcialmente esa tendencia, además de las orientaciones manifiestamente laxas de las polÃticas monetarias. - Una ampliación del gap entre la riqueza financiera y la riqueza productiva.
- Un descenso en la participación de la renta del trabajo y una elevación de la desigualdad en la renta. El descenso de la capacidad de negociación podrÃa ser una causa adicional que explicara esa distribución más regresiva de la renta.
- Un descenso en el crecimiento de la productividad. Al que no serÃa ajeno esa otra tendencia observada en el ritmo de innovación o diferimientos demasiado largos en la aportación de sus resultados. Ese mediocre comportamiento de la productividad también vendrÃa explicado por la primera de las tendencias, de descenso de la inversión.
(Ãndice, 2000 = 1)
(Ãndice, 2000 = 1)
(%)
Fuente: Fondo Monetario Internacional. World Economic Outlook, abril 21019. CapÃtulo 2: The Rise of Corporate market power and its macroeconomic effects. Pág. 59.
A pesar de las cautelas de los investigadores acerca de los problemas de medición y la observación de resultados, esas implicaciones son relevantes. Desde luego para la efectividad de las polÃticas monetarias, pero también para la propia legitimidad del sistema económico, en un momento polÃticamente tan delicado como el actual.