"Salvar los muebles"
Julio de 2024Este año de concentración de procesos electorales en todo el mundo, es inevitable hablar de elecciones. Más allá de las naturales reflexiones sobre resultados electorales, sus implicaciones y las motivaciones de voto en cada contexto, lo que llama mi atención son los cuestionamientos a la democracia como sistema de gobierno y la evolución del voto joven. Algunos datos: el nivel de calidad democrática en el mundo viene cayendo desde 2016; en España el 27,3 por ciento de los jóvenes entre 18 y 24 años no considera que la democracia sea la mejor forma de gobierno; el número de partidos populistas se ha incrementado de manera notable en distintos paÃses y especialmente en Europa. Son datos de International IDEA, CIS y distintas fuentes, entre ellas Reuters, respectivamente.
Desde hace años distintas voces vienen alertando sobre el fin de una era de crecimiento continuo, de la necesidad de repensar modelos de medición y reparto, y que analiza Michael Sandel en su libro ´La tiranÃa del mérito´, publicado en 2020.
Uno de los principales aspectos señalados por Sandel es que bajo la meritocracia las personas que triunfan tienden a creer que todo el mérito es suyo, incluido poseer la mayor parte de la riqueza. Mientras que las personas que no alcanza el éxito se sienten excluidas y desvalorizadas. La educación como ascensor social, las oportunidades de tener un futuro mejor que el de las anteriores generaciones, son axiomas en los que cada vez confÃan menos las personas. En este clima, y en un contexto en que las oportunidades de futuro son inciertas, es fácil que prosperen lÃderes populistas que canalicen esta división y el resentimiento de los que se creen más perjudicados.
El creciente apoyo de los jóvenes europeos a partidos de extrema derecha, transitando en tiempo récord desde posturas ecologistas y progresistas, es una muestra más de la necesidad de reflexión y acción colectiva sobre las oportunidades, el reparto y las creencias existentes. Cuando se pierde la esperanza en que el futuro que deseabas, la tendencia natural es preocuparse por encima de todas las cosas de la seguridad económica y social, en definitiva, de "salvar los muebles".
La meritocracia ha sido una constante en mi vida y me ha dado grandes satisfacciones, creo además en la importancia de fomentar la iniciativa individual, en estimular el avance gracias a la educación y que esto debe tener un reconocimiento, pero reconozco las trampas. ¿Cómo obtener lo mejor de los dos mundos? Ante la complejidad del problema las propuestas de Sandel también lo son: revalorizar el trabajo y dignidad de todas las ocupaciones, aportar recursos, cambio en la cultura y ética pública, entre otras.
Mientras tanto educar y explicar lo que significa vivir en democracia, contraprogramar en redes sociales y acompañar con acciones que mejoren las perspectivas de los más jóvenes.