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Bienestar financiero

Mayo de 2024

En un primer momento, puede resultar llamativo relacionar la palabra "bienestar" con la economía o nuestras finanzas personales. De manera natural, tendemos a relacionar la palabra bienestar con un buen estado físico o mental, pero: ¿a qué nos referimos con bienestar financiero?

El bienestar financiero es un indicador que hace referencia a la salud financiera del empleado y que se mide a través de su capacidad de ahorro, gasto y percepción sobre sus finanzas personales.

Por tanto, cada vez más las empresas están prestando atención a la gestión activa del bienestar financiero, lo que reduce las preocupacions sobre la economía de su plantilla y, por ende, su estrés financiero.

Además de las políticas de retribución flexible, la educación financiera se presenta como una herramienta fundamental para reducir el estrés financiero.

En la sociedad actual, comprender las finanzas personales supone una ventaja clara sobre los elementos económicos que tienen impacto en nuestra vida y cómo operar con ellos para nuestra mayor tranquilidad y proyección de futuro.

Disponer de conocimientos y habilidades que permiten entender cómo funcionan los aspectos relacionados con el dinero y la gestión de los recursos financieros es un gran recurso para el bienestar. Significa tener una visión clara de cómo se generan, utilizan, invierten y administran los ingresos y los activos.

El Center for Financial Services Innovation (CFSI) ha identificado ocho indicadores que miden el estado de la salud financiera de las personas: gastar menos de lo que se gana; pagar las facturas a tiempo y en su totalidad; tener suficientes ahorros en productos financieros líquidos (como para vivir 6 meses sin ingresos); poseer suficientes ahorros o activos a largo plazo (muy relacionado con la tasa de reemplazo); tener un nivel de deuda sostenible; manejar un historial crediticio saludable (perfil "prime" o "super prime"); tener seguros apropiados y manejar un plan de gastos para el futuro (a través de un presupuesto).

Contribuir desde las empresas al bienestar financiero favorece la estabilidad laboral, eleva el grado de motivación de los empleados, mejora su autoestima y su bienestar en general.

Mónica Guardado, socia de Afi y directora general de Afi Escuela