¿Hemos avanzado realmente hacia la igualdad? Balance de los últimos 35 años
Marzo de 2023 Durante los últimos 35 años la sociedad española ha vivido una auténtica transformación en todos los niveles. Con motivo de la edición del mes de marzo junto con el 35 aniversario de Afi, en este artículo ponemos el foco en la evolución experimentada por mujeres y hombres en España entre 1987 y 2022 en cinco dimensiones fundamentales: educación, empleo, salud, conciliación y notoriedad públicaEducación
En el ámbito educativo, los esfuerzos por extender la obligatoriedad de la educación desde el ámbito público como uno de los pilares fundamentales del Estado de Bienestar han dado sus frutos. Así, el nivel de educación medio de la población se ha elevado notablemente. En 1987 el 64,0% de la población era analfabeta o contaba solo con estudios primarios, mientras que en 2022 este porcentaje se ha reducido hasta el 16,2%.
En cuanto al nivel de formación alcanzado por sexo, el número de personas que cuentan con estudios superiores se ha multiplicado por seis. Así mismo, mientras que en 1987 había 0,88 mujeres por cada hombre con estudios superiores, en 2022 esta situación se ha invertido. Actualmente 1,16 mujeres cuentan con educación superior por cada hombre con el mismo nivel. Por otro lado, el número de personas con estudios técnico-profesionales se ha multiplicado por 2,5, habiendo logrado la paridad entre hombres y mujeres (ratio M/H 0,99).
(eje izquierdo: millones de personas; eje derecho Ratio (M/H)) 1987
(eje izquierdo: millones de personas; eje derecho Ratio (M/H)) 2022
Por rama de enseñanza universitaria, en 1987 las mujeres predominaban en artes y humanidades (ratio M/H 2,03) y en ciencias de la salud (ratio M/H 1,57), mientras que en ingeniería y arquitectura su presencia era casi anecdótica (solo había dos mujeres matriculadas por cada diez hombres matriculados en este ámbito).
En estos 35 años, la proporción de mujeres universitarias se ha elevado en todas las ramas, excepto en artes y humanidades, donde continúan siendo mayoritarias, pero donde también se ha elevado la participación masculina (ratio M/H 1,62). A pesar de haberse producido avances, las mujeres siguen siendo minoritarias en ingeniería y arquitectura (aproximadamente cuatro mujeres matriculadas por cada diez hombres), lo que pone de manifiesto la necesidad de continuar trabajando para fomentar presencia de mujeres en estas ramas, llamadas a ser las profesiones del futuro. [1]
(eje izquierdo: nº de estudiantes; eje derecho Ratio (M/H)) 1987
(eje izquierdo: nº de estudiantes; eje derecho Ratio (M/H)) 2022
Empleo
En el ámbito laboral, el número de personas activas se ha incrementado en 8,5 millones en los últimos 35 años, coincidiendo con el crecimiento observado en el número de personas ocupadas. En ambos casos el aumento se ha repartido en 2,5 millones de hombres y 6 millones de mujeres. Así, las mujeres han pasado de representar el 32,8% de la población activa en 1987 al 47,3% en 2022 (crecimiento anual compuesto del 2,4%) y del 29,3% de la población ocupada al 46,4% (+3,0%).
(1987-2022, unidad: miles de personas)
(1987-2022, unidad: miles de personas)
Al igual que ocurre con la población en general, entre la población ocupada de 1987 también predominaban los estudios primarios (45,4%), mientras que en 2022 buena parte de la población ocupada cuenta con estudios superiores (46,4%). Cabe resaltar el crecimiento experimentado por el grado de formación alcanzado por las mujeres, pasando de representar el 14,6% de ocupadas con estudios superiores en 1987 al 53,0% en 2022, cerrando así (e incluso dando la vuelta) a la brecha de género.
Salud
En los últimos 35 años la esperanza de vida a los 65 años ha crecido en 3,9 años. Por sexos, la esperanza de vida de las mujeres fue 4 años superior a la de los hombres en 2021; diferencia que ya existía en 1987, y que se ha incrementado 0,6 desde entonces. Sin embargo, la esperanza de vida en buena salud a los 65 años, definida como la expectativa vital en ausencia de limitaciones funcionales o de discapacidad, es ligeramente inferior para las mujeres (0,1 años). Por lo tanto, las mujeres viven más años, pero en ausencia de buena salud [2]
(1987-2021*, unidad: años)
En cuanto a las dinámicas de natalidad y fertilidad los cambios han sido notables. La edad media de tenencia del primer hijo se ha incrementado en 5,5 años durante las últimas tres décadas y media. La tasa bruta de natalidad se ha reducido en 3,9 nacimientos por cada 1.000 habitantes (caída del 1,3% anual). Por su parte, la tasa de fecundidad, que relativiza el número de nacimientos por cada 1.000 mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años), se ha reducido en 13,4 nacimientos (-1,0% anual).
(1987 vs. 2021*)
(1987 vs. 2021*)
(1987 vs. 2021*)
Estos importantes cambios en la tenencia de hijos vienen motivados por la transformación experimentada por la sociedad y las mujeres, que venimos relatando en el presente artículo. Según la última Encuesta de Fecundidad del INE (2018), el 70% de las mujeres que no tienen hijos, expresan su deseo de tenerlos (67,9% de los hombres en la misma situación). Así mismo, las mujeres, de media, expresan querer tener 1,96 hijos, mientras que solo tienen 1,09 hijos (1,86 y 0,92, respectivamente, en el caso de los hombres).
Estos datos ponen de manifiesto el deseo insatisfecho de mujeres y hombres ante la maternidad y paternidad. Los motivos económicos, laborales y de conciliación de la vida personal y profesional se posicionan como las principales causas que explican estos resultados:
- De entre las mujeres que no han tenido hijos aun, el 12,4% no quiere ser madre; el 26,3% se considera demasiado joven para ello; y el 20,1% argumenta razones económicas, laborales o de conciliación. Así mismo, de entre los hombres sin hijos, el 11,5% no quiere ser padre; el 24,9% se considera demasiado joven, y el 19,4% no los ha tenido aun por razones económicas, laborales o de conciliación.
- El 42,0% de las mujeres que tienen hijos consideran que los han tenido después de la edad que consideran idónea, habiéndose producido este retraso por razones económicas, laborales o de conciliación en el 35,2% de los casos. Por otro lado, el 56,8% de los hombres con hijos consideran que han tenido el primer hijo después de lo ideal; en el 35,3% de las veces por motivos económicos, laborales o de conciliación.
Conciliación[4]
La falta de conciliación de la vida profesional y personal lleva a muchas personas, especialmente a las mujeres, a reducir su presencia e incluso a abandonar el mercado laboral ante la maternidad. Entre la población inactiva y especialmente entre los que pertenecen a este grupo debido a que se dedican a labores del hogar y cuidados, es prácticamente imposible realizar comparaciones entre hombres y mujeres: la disparidad en 1987 era enorme y, aunque se haya reducido en los últimos 35 años, sigue siendo muy elevada.
Así, en 1987, por cada hombre inactivo había 2,48 mujeres en la misma posición. En la actualidad esta ratio se ha reducido hasta 1,34 (ratio M/H). Entre la población inactiva por labores del hogar, en 1987 las mujeres representaban el 99,5% de este colectivo, con una ratio de 206,23 mujeres por cada hombre en este grupo. Además, las labores del hogar suponían el principal motivo de inactividad de las mujeres en 1987 (63,6% de las inactivas por este motivo). Actualmente, las mujeres dedicadas a labores del hogar representan el 87,7% de las personas inactivas por este motivo (habiéndose reducido la ratio M/H hasta 7,15), y suponen el 31,3% del total de las mujeres inactivas.
(eje izquierdo: millones de personas, eje derecho: Ratio (M/H)), (1987 vs. 2022)
(eje izquierdo: millones de personas, eje derecho: Ratio (M/H)), (1987 vs. 2022)
Respecto a la ocupación a tiempo parcial debido al cuidado de niños o de adultos dependientes, la desigualdad ha sido y continúa siendo muy relevante. Así, en 1992 (primer año de la serie) las mujeres representaban el 95,4% de las personas ocupadas a tiempo parcial por motivos de cuidados, mientras que en 2022 suponen el 92,9% (ratio M/H 1992: 20,88; ratio M/H 2022: 13,17).
Estos datos muestran que, aunque durante los últimos 35 años el avance de las mujeres en materia de educación y empleo haya sido muy notable, la conciliación de la vida profesional y personal, junto con la corresponsabilidad en los cuidados, es uno de los principales retos para lograr la igualdad real en todos los aspectos de la vida.
(eje izquierdo: millones de personas, eje derecho: Ratio (M/H)), (1987 vs. 2022)
(eje izquierdo: millones de personas, eje derecho: Ratio (M/H)), (1987 vs. 2022)
Notoriedad pública
La evolución de la presencia de las mujeres en posiciones de liderazgo, toma de decisiones y notoriedad pública también ha conseguido importantes avances en los últimos 35 años. Un ámbito importante es la participación política. En el poder legislativo, las mujeres no representaban ni el 10% del Congreso en 1987: solo había 27 diputadas de un total de 350 miembros que componen el hemiciclo. La evolución ha sido progresiva: a partir del año 2000 la participación femenina se elevó por encima del 25%, pero no fue hasta 2019 cuando se acercó a la paridad (0,9 diputadas por cada diputado, el 47,4% del Consejo). No obstante, en el último periodo, la participación femenina ha descendido levemente hasta el 44,0% (0,8 diputadas por cada diputado).
(1987-2023)
(1987-2023)
En cuanto al poder ejecutivo, ninguna mujer ostentaba un cargo en el Gobierno en 1987. A partir de ese momento, la participación ha ido elevándose progresivamente, pero el crecimiento no ha sido uniforme y se ha visto modificada por los cambios de Gobierno. Entre 2004 y 2011 se rozó la paridad (50% de ministras en el Gabinete de Gobierno), pero durante los siguientes años la participación volvió a descender. Entre 2018 y 2019 se superó el 50% de participación femenina en el Gobierno y, actualmente, esta se ha reducido levemente hasta ocupar el 47,4% de los cargos.
Por último, una forma de medir la notoriedad pública y el reconocimiento social es a través de la obtención de premios que ponen en valor el trabajo realizado en distintas áreas del conocimiento. En el ámbito de la Investigación, el reconocimiento al trabajo de las mujeres es aún muy escaso: solo en dos de las veintidós ediciones de Premios Nacionales de Investigación celebradas desde 1987, las mujeres obtuvieron al menos la mitad de los premios, mientras que en la mitad de las ediciones ninguna mujer fue galardonada. En términos agregados, en los últimos 35 años solo el 14,6% de los premiados en Investigación han sido mujeres.
A pesar de que las mujeres cuentan con una alta representación en los estudios relacionados con arte y cultura, la visibilidad y el reconocimiento a la aportación de las mujeres a la Cultura es escaso, aunque superior al del ámbito de la Investigación. El cambio ha sido progresivo y lento, con el periodo más fructífero entre 2018 y 2021, ya que las premiadas representaron entre el 46% y el 63% de los premiados en Cultura. En términos agregados, en los últimos 35 años las mujeres han obtenido el 26,7% de los Premios Nacionales de Cultura.
(eje izquierdo: personas, eje derecho: Ratio (M/H)) (1987-2022)
(eje izquierdo: personas, eje derecho: Ratio (M/H)) (1987-2022)
Tal como se ha puesto de manifiesto a lo largo de este artículo, los avances producidos en materia de igualdad en los últimos 35 años han sido más que significativos. Sin embargo, todavía queda camino por recorrer, especialmente en términos de conciliación de la vida profesional y personal, y en la corresponsabilidad en los cuidados, así como en el fomento de la presencia y reconocimiento de las mujeres en las ramas científicas. Lograr la igualdad real en estos aspectos es fundamental para garantizar la sostenibilidad demográfica y maximizar el potencial económico del país.
[1] Coste de oportunidad de la brecha de género en las profesiones digitales
[2] Coste de oportunidad de la brecha de género en la salud
[3] Para facilitar la comprensión se ha añadido a la esperanza de vida a los 65 años (años que quedan por vivir en media), los 65 años que ya ha vivido la persona en ese momento.
[4] Coste de oportunidad de la brecha de género en la conciliación