Brecha de género y el Efecto Matilda
Marzo de 2021 La pandemia ha aumentado la brecha de género en el mercado laboral. La educación tiene una importancia aún mayor entre las mujeres, pues las diferencias de por cuestión de género en la tasa de paro se reducen a medida que aumenta el nivel formativo. Las mujeres se encuentran infrarrepresentadas en áreas STEM, claves para el trabajo futuro. Esto supone una amenaza significativa al crecimiento del sector digital que necesita incorporar capital humano. La formación, los referentes, la visibilidad y la igualdad de oportunidades contribuyen a reducir la brecha.Según el reciente informe de BBVA Research «Diversidad de género y formación»[1] la pandemia actual ha ampliado la brecha de género en el mercado laboral y entre los meses de octubre de 2019 y junio de 2020 la cifra de mujeres ocupadas en España ha experimentado un retroceso algo superior a la de los hombres. La recuperación del empleo en el tercer trimestre de 2020 ha sido ligeramente inferior entre ellas, incrementando así la brecha de género. Más del 50% del empleo femenino se agrupa en cuatro sectores: servicios sanitarios y sociales, educación, hostelería y comercio, muy afectados todos ellos por la COVID-19. Además, los sectores con peor comportamiento en términos de empleo son los que más han aumentado la representatividad de las mujeres (salvo en el caso de la hostelería).
La formación continua y la educación son elementos diferenciadores para los trabajadores y tienen un impacto muy significativo en las oportunidades no solo de encontrar empleo sino también de mantenerlo. La educación tiene una importancia incluso mayor entre las mujeres, pues se observa que las diferencias de género en la tasa de paro se reducen a medida que aumenta el nivel educativo, disminuyendo hasta un nivel de 1,2% para la educación superior. El informe citado también señala que las mujeres se encuentran infrarrepresentadas en los sectores digitales. En el último año, la economía digital en España ha tenido un mejor comportamiento que la media y concentra también un mayor porcentaje de contratos indefinidos que en otros sectores.
Aunque actualmente la educación media de las mujeres es superior a la de cualquier momento anterior en la historia, esto no se traslada igualmente ni en la participación en el mercado laboral ni en su representación en áreas STEM[2]. Esta realidad supone una amenaza significativa al crecimiento del sector digital que necesita incorporar capital humano, y de ahí surge también la necesidad de incrementar la presencia de mujeres en disciplinas donde tradicionalmente predomina el género masculino. Los datos de la UNESCO[3] estiman en un 28% las científicas a nivel mundial y apenas el 30% de las matriculaciones superiores corresponden a mujeres en áreas STEM, brecha que comienza desde las primeras etapas educativas. Un estudio de la revista Science[4] señala que a partir de los seis años las niñas comienzan a distanciarse en estos ámbitos. Los estereotipos culturales, las normas sociales y los sesgos influyen en sus expectativas y hace que vayan abandonando estos estudios o los elijan en menor proporción en las diferentes etapas de su vida. La Organización de las Naciones Unidas, consciente de estos problemas, se ha propuesto «garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos» en su ODS[5] 4 de la Agenda 2030.
Ante esta situación, los expertos apuestan por la formación, la concienciación y la motivación para incrementar el volumen de mujeres en el sector digital y señalan que para revertir estos datos resulta fundamental introducir cambios socioculturales para que, desde niñas, las jóvenes no se autoexcluyan y afronten las dificultades que puedan encontrar al elegir estas disciplinas adoptando una actitud resiliente. Entre los puntos sobre los que actuar se encuentran la aproximación a la ciencia y tecnología mediante la educación, la mejora en la orientación e información sobre el mercado laboral y una mayor visibilidad de todo a lo que las áreas STEM contribuyen, identificando avances y transformaciones socioeconómicas que no serían posibles sin estas disciplinas. En esta experiencia de aprendizaje, los referentes y la visibilidad resultan claves, como las iniciativas que ponen en contacto a muchas estudiantes con profesionales mujeres que desempeñan labores relevantes en sectores STEM. Asimismo, los medios de comunicación y las redes sociales también tienen un papel crucial para que se vayan produciendo esos cambios, no exponiendo a los jóvenes a imágenes y contenidos que refuercen los estereotipos de género y concediendo más visibilidad a mujeres en estas áreas.
La campaña #NoMoreMatildas es una iniciativa de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) con el apoyo de la Oficina del Parlamento Europeo en España, que busca recuperar referentes científicos para inspirar e impulsar la vocación científica de niñas y adolescentes, dando a conocer el Efecto Matilda. Dicho fenómeno debe su nombre a Matilda Joslyn Gage, la primera activista en denunciar la discriminación e injusticia que ha ignorado y que ha privado a muchas científicas de aparecer en los libros y de recibir el crédito que merecían por su trabajo, dando la autoría a compañeros de investigación y privando a la sociedad de referentes femeninos en ciencia. El objetivo de esta campaña es aumentar la presencia de científicas en los textos escolares y en otras actividades para fomentar de este modo las aspiraciones profesionales de las niñas y jóvenes, dejando de lado los estereotipos, haciendo público que este fenómeno ha existido para que la sociedad conozca que ha habido mujeres en otras épocas y en diferentes disciplinas que hicieron aportaciones clave para el avance del conocimiento y darles visibilidad y reconocimiento. Uno de los motivos de esta invisibilidad de las mujeres en la ciencia es la dificultad de acceder en el pasado a la educación. Por ejemplo, las mujeres lograron la plena pertenencia a la Universidad de Cambridge en igualdad de condiciones que los hombres en el siglo XX, más de siete siglos después de su fundación. Y, a propósito de Cambridge, ¿conoceríamos y reconoceríamos hoy de igual manera el apellido Newton si el gran científico hubiese sido mujer?
El trabajo del futuro no puede permitirse que la mitad de la población esté infrarrepresentada en sectores clave. La formación, los referentes, la visibilidad y la igualdad de oportunidades contribuyen a reducir la brecha.
[1] https://www.bbva.com/wp-content/uploads/2020/12/BBVA-Research-Diversidad-de-genero-y-formacion_Dic20.pdf
[2] STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics, por sus siglas en inglés, CTIM en castellano).
[3] Descifrar el código: la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) - UNESCO Digital Library.
[4] Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children´s interests | Science (sciencemag.org).
[5] Objetivo de Desarrollo Sostenible.