Esther Duflo

Octubre de 2019 La lucha contra la pobreza, un conjunto de problemas específicos que, una vez identificados y comprometidos, pueden ser resueltos de uno en uno.

A unos días de cumplir sus 47 años, Esther Duflo pasará a la historia, entre otras cosas, por ser la segunda mujer en recibir el Premio Nobel de Economía y la persona más joven en la historia de estos premios.

Perteneciente a la Escuela de París y autora de numerosos libros y artículos, es merecedora de este galardón junto con su marido Abhijit Banerjee y Michael Kremer, por sus investigaciones acerca de la erradicación de la pobreza global.

Pero este no es el primer galardón que recibe la Sra. Duflo. Ya en 2005 había sido reconocida como la Mejor Joven Economista de Francia, en 2010 recibió la Medalla John Bates Clark y el Premio Internacional Calvó-Armengol, y en 2015 había sido condecorada con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Sin duda, reconocimientos merecidos a una carrera meteórica, llena de éxitos.

Los premios Nobel además de un reconocimiento a las personas suponen también un termómetro de los temas que más preocupan a la sociedad y, en este sentido, está claro que se observa un cambio de tendencia dentro de la Economía, hacia la dimensión más social de esta ciencia.

En su último libro, que os recomiendo, «Poor Economics», Esther Duflo y Abhijit Banerjee reflejan su trabajo de campo de 15 años, visitando a los colectivos más pobres (aquellos que viven con menos de 99 céntimos de dólar al día) y extrayendo conclusiones sobre su realidad económica.

Se trata de una obra sobre los aspectos económicos que caracterizan las vidas de los más necesitados. Pone de manifiesto por qué «la esperanza es vital y el conocimiento es crítico, por qué tenemos que seguir intentándolo incluso cuando el reto parece abrumador. El éxito no siempre está tan lejos como parece».

Todo el contenido del libro es una invitación a pensarlo bien «otra vez», a dejar a un lado la sensación de que la lucha contra la pobreza es demasiado abrumadora y a empezar a pensar en ella como un conjunto de problemas específicos que, una vez identificados y comprometidos, pueden ser resueltos de uno en uno.

Confiemos en que su libro y sus conclusiones sirvan para poner en práctica sus hallazgos y el fin último que persiguen: erradicar la pobreza global.