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La brecha de género también afecta al ocio

Julio de 2019
La naturaleza finita del tiempo otorga una gran importancia a su distribución entre las actividades de la vida diaria. Lograr un equilibrio satisfactorio entre el desarrollo de las actividades irrenunciables y aquellas voluntarias tiene efectos tanto en el bienestar de las personas, como de la economía en su conjunto.

No existen, en este sentido, causas biológicas que condicionen la mayor o menor disponibilidad de tiempo libre del que disfrutan hombres y mujeres, estando todas las causas concentradas en los roles que, por condición de género, existen en la sociedad. La ausencia de equilibrio en la distribución del tiempo presenta un comportamiento diferencial entre hombres y mujeres, lo que supone una brecha de género que se ha de eliminar.

Los condicionantes del tiempo libre

La capacidad y libertad de las personas para distribuir su tiempo entre las actividades de la vida diaria se encuentra condicionada por los horarios establecidos para el inicio y finalización de aquellas tareas más frecuentes que son, generalmente, obligatorias. Lograr un equilibrio satisfactorio entre el desarrollo de dichas actividades y aquellas voluntarias tiene efectos tanto en el bienestar de las personas, como de la economía en su conjunto.

Las mujeres disponen de menos tiempo libre que los hombres, lo que merma su capacidad para la realización de actividades de ocio. Dichas actividades, además, se encuentran condicionadas por los diferentes hábitos de ocio que hombres y mujeres presentan. Asimismo, existen varios elementos cualitativos que supeditan las actividades de ocio. La calidad del tiempo libre condiciona las opciones o alternativas de ocio, en función de la libertad de elección, del disfrute reportado o del placer que proporciona la actividad por el mero hecho de realizarla, más allá de la meta final. Además, el ocio también se ve condicionado por la oferta existente y por otras barreras aún presentes, como pueden ser los estereotipos de género o la asequibilidad de la oferta.

Para constatar estas afirmaciones, el cuarto estudio de ClosinGap[1], analiza los patrones de ocio entre hombres y mujeres según la cantidad de tiempo libre, la calidad de dicho tiempo y el contenido de las actividades enmarcadas en el ocio, así como el coste de oportunidad que estas diferencias de género representan para la economía.

El ocio: una cuestión de cantidad y calidad del tiempo libre

La naturaleza finita del tiempo otorga una gran importancia a su distribución entre las actividades de la vida diaria. Según la última Encuesta de Empleo del tiempo del INE, las mujeres dedican aproximadamente 2 horas más al día que los hombres al hogar y la familia, lo que condiciona que dispongan, en promedio, de una hora y treinta y siete minutos menos al día que los hombres para el ocio. En términos totales, las mujeres cuentan con 11,1 millones de horas diarias menos que los hombres para estas actividades. Anualmente, esta desigualdad alcanza los 4.000 millones de horas, que equivalen a todas las horas trabajadas en la industria manufacturera en el año 2018 en España.

Diferencia de la duración media diaria (DMD) por actividad entre mujeres y hombres
(diferencia M-H; hh:mm)
Fuente: Afi, a partir de OCDE. Stat y última Encuesta de Empleo del Tiempo del INE.

La menor dedicación al ocio de las mujeres (los 11,1 millones de horas) representa el 22% del tiempo de más dedicado por las mismas a la conciliación (49,5 millones de horas diarias más que los hombres). Para que las mujeres pudieran disponer de más tiempo libre tendrían que liberar parte de estas últimas horas, lo que se podría conseguir a través de un aumento de la corresponsabilidad masculina en las actividades de conciliación y/o externalizando estos servicios de cuidados y tareas domésticas.

En este sentido, el valor económico de profesionalizar los 11,1 millones de horas con el objetivo de liberar tiempo para las mujeres, ascendería a unos 23.190 millones de euros anuales, equivalentes al 2,0% del PIB.

La conciliación familiar, junto con los roles y estereotipos de género, influyen de forma determinante en la distribución del tiempo y de las actividades de la vida diaria, lo que condiciona la calidad del ocio de los progenitores. Concretamente, las madres disponen de menos tiempo libre que los padres, especialmente cuando ambos trabajan y cuando los hijos son pequeños.

Además, el menor tiempo libre con el que cuentan las madres es de peor calidad porque es más habitual que ellas (i) tengan menos tiempo «sin hijos», (ii) sean el único adulto presente durante períodos de ocio compartido; (iii) respondan a las necesidades de los hijos cuando se presentan y (iv) se responsabilicen de la organización y gestión del ocio familiar compartido.

Mujeres y hombres reparten su tiempo de ocio de forma desigual

La Encuesta de Empleo del Tiempo del INE refleja cinco actividades de la vida diaria relacionadas con el ocio, categorías a las que las mujeres dedican, en promedio, menos tiempo al día que los hombres. Estas categorías son trabajo voluntario y reuniones; vida social, diversión y cultura; deportes y actividades al aire libre; aficiones e informática y medios de comunicación.

1. Actividades de voluntariado

El trabajo voluntario en España es una actividad realizada por una proporción de población muy reducida (1,9 millones de hombres y casi 3,3 millones de mujeres). Pese a disponer de menos tiempo de ocio en general (1 hora y 37 minutos menos) y dedicar menos tiempo a las actividades de voluntariado en particular (19 minutos menos que los hombres en promedio), la dedicación del conjunto de las mujeres en España a estas actividades supera a la de los hombres en cerca de 2 millones de horas más al día. Cabe destacar que esta, como consecuencia de la mayor cantidad de mujeres que lo realizan, es la única actividad de ocio a la que ellas dedican más tiempo que los hombres.

2. Vida social

La vida social es la tercera opción de ocio, absorbiendo el 14% del tiempo libre diario (15% los hombres, 13% las mujeres), con una concentración de casi 27 millones de horas al día entre ambos sexos. La dedicación a estas actividades, tanto en cantidad de tiempo como de personas no difiere de forma significativa entre sexos.

Los establecimientos hosteleros son los lugares en los que se desarrollan gran parte de las relaciones sociales. Como consecuencia, en este estudio se ha cuantificado el impacto económico que supone la brecha de género en la vida social analizando las diferencias en el gasto en restauración[2] que realizan los hogares españoles según el sexo del sustentador principal del hogar, controlando por otras variables socioeconómicas determinantes. La brecha de género estimada es de 330 euros superior al año en los hogares encabezados por hombres como consecuencia del género.

Estimación del impacto económico de la brecha de género en gasto en restauración, 2017
Fuente: Afi, a partir de Encuesta de Presupuestos Familiares del INE.

Si los 6,2 millones de hogares encabezados por mujeres aumentaran su gasto en restauración en esa cuantía, el gasto anual de los hogares se elevaría en 2.000 millones de euros, lo que representa el 0,2% del PIB del conjunto de la economía española o el 0,8% del Valor Añadido Bruto (VAB) del sector del comercio, el transporte y la hostelería. Si, además, se tienen en cuenta los efectos indirectos e inducidos, el impacto se elevaría hasta 2.260 millones de euros de VAB, lo que se traduciría en la creación de unos 34.800 empleos (0,2% del total) y en la recaudación de alrededor de 1.130 millones de euros en términos de IRPF, IVA y cotizaciones sociales.

3. Diversión y cultura

A esta categoría de ocio más de 1,6 millones de personas le dedican 3,5 millones de horas al día (el 54,7% dedicadas por los hombres). La diferencia en el caso de estas actividades de ocio se encuentra, no en la cantidad de hombres y mujeres y en el tiempo dedicado por los mismos, sino en el contenido de las actividades realizadas. Las mujeres participan de forma diferencial con respecto a los hombres en actividades relacionadas con la danza, la música clásica, el teatro e ir a la biblioteca, mientras que ellos asisten con mayor frecuencia a conciertos de música actual, archivos de documentos y espectáculos deportivos.

En análisis del gasto de los hogares en partidas relacionadas con estas actividades refleja una diferencia de 24 euros al año, superior en el caso de los hogares encabezados por hombres. Sin embargo, no se puede afirmar que el sexo del sustentador principal sea una variable determinante de esta diferencia. Por el contrario, existen otras variables que sí lo son, como el nivel educativo del cabeza de familia, la renta del hogar y la residencia en municipios de 50.000 habitantes, entre otros.

4. Actividades deportivas

Las mujeres dedican 4 millones de horas menos al día que los hombres a la práctica de deporte, condicionado en parte por el menor número de mujeres que realizan estas actividades de forma diaria. El mayor sedentarismo entre las mujeres tiene una repercusión directa sobre su salud, ya que la falta de ejercicio físico está altamente correlacionada con muchas de las patologías prevalentes en las mujeres en edad adulta y avanzada, asociadas al aparato locomotor.

El gasto anual de los hogares encabezados por mujeres en partidas relacionadas con la práctica deportiva es 62 euros menor que en aquellos hogares encabezados por hombres. Sin embargo, a través del ejercicio econométrico realizado se ha encontrado que esta diferencia no se puede explicar por cuestiones de género del cabeza del hogar. Por el contrario, existen otras variables determinantes del gasto que sí explican estas diferencias, como el nivel educativo del cabeza del hogar, la renta del hogar o el número de miembros del hogar menores de 16 años.

5. Aficiones e informática

La participación masculina en las actividades de informática[3] y en las aficiones[4] supera en un 30% a la de las mujeres, concentrando 11 millones de horas de dedicación al día entre ambos en la primera categoría y 1,8 millones en la segunda.

Además de en términos de participación, se han encontrado diferencias en el contenido de las actividades realizadas. Mientras que las mujeres realizan con mayor frecuencia danza y canto, teatro y otras artes plásticas, los hombres destacan en diseño de páginas web, tocar instrumentos y hacer vídeos y fotografías. La elección de este tipo de aficiones puede estar condicionada por estereotipos que ejercen influencia desde edades tempranas.

6. Medios de comunicación

Dentro de la categoría de medios de comunicación, la Encuesta de Empleo del Tiempo del INE incluye ver la televisión, escuchar la radio y leer. Ver la televisión es la opción de ocio número 1 en España, dedicándose casi la mitad del tiempo libre y no existiendo diferencia significativa por género en términos de dedicación. Por el contrario, sí se encuentran diferencias en el contenido: aquellos en los que se encuentra mayor desigualdad son los programas deportivos, en los que por cada mujer hay 4,3 hombres que visualizan este contenido.

La radio es una actividad masculinizada: el tiempo dedicado por los hombres a escuchar la radio (1,5 millones de horas) duplica al de las mujeres, mientras que el número de oyentes masculinos supera en un 40% a los femeninos. Al igual que en el caso de la televisión, en cuestión de contenidos destacan los hombres en la escucha de programas radiofónicos deportivos.

En cuanto a la lectura, la proporción de mujeres lectoras es mayor (66,5% de mujeres frente al 57,6% de los hombres), si bien la dedicación ente ambos sexos es similar (5 millones de horas al día cada uno). Analizando el gasto de los hogares en estas partidas se observa que aquellos encabezados por hombres gastan 24 euros más al año en lectura como consecuencia de género. Este resultado puede estar causado por el mayor uso de préstamos de libros que realizan las mujeres y que, por tanto, no implica un gasto de los hogares.

Si los hogares encabezados por mujeres aumentaran el gasto en lectura en la misma proporción que el que realizan aquellos encabezados por hombres, el gasto en lectura se incrementaría en 149 millones de euros. Aunque esta magnitud representa el 0,01% del PIB de España, supone 15 veces el valor de las ventas de la Feria del Libro de Madrid de 2019.

Estimación del impacto económico de la brecha de género en gasto en lectura, 2017
Fuente: Afi, a partir de Encuesta de Presupuestos Familiares del INE.

¿Qué hacemos para solucionar este desequilibrio?

El análisis realizado pone de manifiesto el coste de oportunidad que la brecha de género en el ocio supone para el conjunto de la economía y de la sociedad española. La disponibilidad y uso del tiempo libre es una cuestión de vital importancia por su repercusión económica, laboral, personal y social.

El ocio es un factor determinante del bienestar de las personas y un recurso clave para el desarrollo pleno de las capacidades personales, profesionales, sociales y familiares, permitiendo adquirir competencias adicionales a las ofrecidas por la educación formal. En consecuencia, la desigualdad de género en este ámbito conlleva la renuncia a alcanzar mayor bienestar social, crecimiento económico y aprovechamiento del talento.

Promover y llevar a cabo medidas que favorezcan la eliminación de esta brecha, tanto desde el ámbito privado de los hogares y empresas como desde las administraciones públicas, es una tarea pendiente que como sociedad debemos realizar.


[1] ClosinGap. Women for a Healthy Economy es un clúster integrado por Merck, MAPFRE, L´Oréal, Repsol, Vodafone, Mahou San Miguel y Solán de Cabras, Meliá Hotels International, BMW Group, Inditex, PwC y Bankia que tiene como objetivo analizar el impacto que tiene para la economía y la sociedad el hecho de que no se aproveche todo el talento femenino como consecuencia de la persistencia de las brechas de género.
[2] Para ello se han analizado los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE de 2017.
[3] Incluyen actividades de programación informática, búsqueda de información y comunicación por ordenador.
[4] Incluye actividades relacionadas con las aficiones artísticas como artes plásticas y visuales, canto, teatro, coleccionismo y correspondencia entre otras.


Verónica López Sabater es consultora del área de Economía Aplicada de Afi.
Rosa Oliveros es consultora del área de Economía Aplicada de Afi.
María Romero es consultora del área de Economía Aplicada de Afi.