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Svetlana Aleksiévich, «pintora de la voz»

Octubre de 2018 Su primera gran obra que os recomiendo se titula ´La guerra no tiene rostro de mujer´, en la que relata el papel de las mujeres rusas en la II Guerra Mundial

A lo largo de la historia de la humanidad, solo los hechos que han sido narrados han trascendido y se han inmortalizado. La palabra cobra vida y trasciende cuando hay un soporte que lo registra y lo inmortaliza. Durante muchos años el único instrumento fue la escritura, si bien hoy en día cualquier soporte digital, bien sea texto, bien sea voz o vídeo, es útil.

Es por ello que los periodistas y escritores han tenido un papel fundamental en el discurrir de los tiempos, en la cultura y en la forma de entender lo sucedido. Con sus testimonios y su narrativa han conseguido sin duda cambiar las cosas, dejar testimonio para que no se vuelvan a cometer los mismos errores.

Hoy quiero hablarles de una mujer, Premio Nobel de Literatura 2015, Svetlana Aleksiévich, escritora, periodista y maestra bielorrusa.

Su primera gran obra que os recomiendo se titula «La guerra no tiene rostro de mujer», en la que relata el papel de las mujeres rusas en la II Guerra Mundial, gracias a numerosas entrevistas realizadas en ese vasto país. Casi un millón de mujeres combatieron en las filas del Ejército Rojo durante la II Guerra Mundial, pero su historia nunca había sido contada hasta entonces. Este libro reúne los recuerdos de cientos de mujeres que fueron francotiradoras, condujeron tanques o trabajaron en hospitales de campaña. Estas mujeres, la mayoría por primera vez en sus vidas, cuentan la parte no heroica de la guerra, a menudo ausente de los relatos de los veteranos. Hablan de la suciedad y del frío, del hambre y de la violencia sexual, de la angustia y de la sombra omnipresente de la muerte.

En otra de sus obras, «Los chicos de zinc», relata testimonios de madres de soldados que participaron en la guerra de Afganistán, una forma de entender no solo la pesadilla de los soldados, sino también el calvario que viven los familiares de los hombres y mujeres desplazados en la guerra.

Y en su libro «Voces de Chernóbil» expone el sufrimiento y el heroísmo de quienes se sacrificaron en esta horrible catástrofe.

Ha sido su espíritu crítico, su profundo compromiso con los que sufren, su lealtad a sus valores y principios en situaciones políticas incluso dramáticas, los que le han llevado a ser galardonada con numerosos premios, entre ellos el Premio Nobel de Literatura (2015), el Premio Ryszard-Kapuscinski de Polonia (1996), el Premio Herder de Austria (1999), el Premio Nacional del Círculo de Críticos de Estados Unidos (2006), el Premio Médicis de Ensayo en Francia (2013) y el Premio de la Paz de los libreros alemanes (2013). Además, es oficial de la orden de las Artes y las Letras de la República Francesa.

Os invito a que contéis y dejéis por escrito vuestros pensamientos para el futuro, vuestras ideas, vuestra forma de pensar. Porque como decía Voltaire: «la escritura es la pintura de la voz».

Mónica Guardado es Directora General de Afi Escuela de Finanzas