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Sostenibilidad y Finanzas para una Europa Competitiva

Noviembre de 2024

El informe coordinado por Mario Draghi para la Comisión Europea, The Future of European Competitiveness: In-Depth Analysis and Recommendations, examina cómo Europa puede garantizar su competitividad global en un contexto de crecientes desafíos. En el centro de su propuesta está la sostenibilidad, un pilar que permitirá que la economía europea se mantenga relevante y resiliente ante desafíos ambientales, geopolíticos y económicos, vinculando este desarrollo con la competitividad económica.

La energía es uno de los temas centrales del informe. Europa enfrenta altos precios de energía debido, en parte, a su dependencia de combustibles fósiles importados, lo cual afecta su competitividad industrial. Para competir en el mercado global, Europa debe asegurar un suministro de energía asequible y estable. La generación de electricidad renovable está en el centro del debate, identificándose como un elemento clave para mejorar la competitividad. Su desarrollo permitiría a Europa reducir su dependencia de importaciones y aprovechar recursos propios, como la solar, eólica y biomasa, reduciendo así la exposición a fluctuaciones de precios y las emisiones de carbono.

Para que esta transición sea efectiva, Europa necesita modernizar y ampliar las redes de transmisión y distribución de electricidad. Sin esta infraestructura, el sistema energético europeo será incapaz de integrar adecuadamente las fuentes renovables y seguirá expuesto a interrupciones y altos costes de suministro.

El informe recomienda extender el uso de contratos de compra de energía a largo plazo (PPAs) para garantizar precios estables. Estos contratos no solo protegen a las industrias de fluctuaciones en los precios, sino que también brindan seguridad a los inversores en energías renovables, asegurando la rentabilidad de sus proyectos. También plantea implementar mecanismos de ajuste en frontera para el carbono (CBAM) que nivelen los costes de carbono entre productos europeos e importados de regiones con menos regulaciones ambientales.

La sostenibilidad va mucho más allá del sector energético. Europa depende de terceros países para materias primas críticas como litio, cobre y cobalto, esenciales para tecnologías limpias y dispositivos electrónicos. Esta dependencia supone riesgos tanto para la sostenibilidad como para la competitividad de la región. El informe propone fomentar la producción de estos materiales y fortalecer el reciclaje dentro de Europa, lo que reduciría la dependencia de importaciones y contribuiría a una cadena de suministro más estable y sostenible.

Para mejorar la seguridad y estabilidad en esta cadena de suministro, el informe aboga por políticas activas que diversifiquen las fuentes de materias primas críticas y fortalezcan la capacidad de procesamiento y reciclaje en la UE. Esto ayudaría a crear un sistema menos vulnerable y afectado por cambios en el contexto geopolítico global.

En cuanto a la industria automotriz, donde Europa ha sido históricamente líder, el informe señala que el desarrollo de vehículos eléctricos y tecnologías de bajas emisiones es clave para mantener el liderazgo europeo frente a la competencia global. Para lograrlo, recomienda invertir en investigación y desarrollo de tecnologías limpias, incluyendo soluciones de hidrógeno y almacenamiento de energía. Introduce, además, conceptos como los "Valles de Aceleración de Cero Neto" y los "regulatory sandboxes", entornos donde probar tecnologías sostenibles bajo condiciones regulatorias flexibles que faciliten la innovación.

Este enfoque requiere una financiación de alto riesgo y largo plazo que involucre a instituciones financieras capaces de ofrecer instrumentos estables. A su vez, el apoyo a la investigación y desarrollo de tecnologías limpias exige tanto inversión privada como cofinanciación pública. El informe destaca el papel crucial de los bancos de promoción en proyectos sostenibles de largo plazo.

Otro eje destacado es la digitalización como herramienta para mejorar la eficiencia en el uso de los recursos y reducir el impacto ambiental en sectores estratégicos. Tecnologías como la inteligencia artificial y las redes de alta velocidad permiten un consumo de energía más eficiente y un mejor seguimiento del impacto ambiental. El informe sugiere que las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, tengan acceso a capital para adoptar tecnologías digitales avanzadas, incluyendo infraestructura de datos y conectividad.

La innovación en tecnologías sostenibles es esencial para mantener la competitividad europea en el mercado global. El informe subraya la importancia de crear incentivos financieros para esta transición, como el apoyo a proyectos de captura de carbono e hidrógeno verde, tecnologías que pueden reducir drásticamente la huella de carbono en sectores industriales. Estos incentivos facilitarían el acceso de pequeñas y medianas empresas a proyectos de alto impacto.

Finalmente, el informe enfatiza que la transición sostenible no puede sostenerse sin un sistema financiero robusto y bien regulado. La fragmentación actual del mercado de capitales europeo eleva los costes de financiación y limita la eficiencia. Un mercado de capitales más integrado y competitivo facilitaría la captación de fondos para proyectos sostenibles de alto impacto. Además, el informe sugiere productos financieros que ofrezcan estabilidad a largo plazo, como préstamos sindicados y garantías públicas, apoyando así decisiones de inversión clave.

La competitividad de Europa no depende solo de reducir costes y aumentar la productividad, sino de integrar la sostenibilidad en el corazón de la economía. Esto implica que el sistema financiero esté preparado para apoyar una transición hacia una economía verde y digital, jugando un papel crucial en la construcción de una Europa más sostenible y competitiva.

Ricardo Pedraz es consultor de Afi