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La gestión de riesgos emergentes en las entidades bancarias

Octubre de 2023

Durante los días 31 de agosto y 1 de septiembre se celebró la octava edición del Congreso Latinoamericano de Riesgos (CLAR), organizada por la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) en Ciudad de Panamá. Se trata de un evento en el que participan equipos directivos de los principales bancos de Latinoamérica y expertos que ofrecen su visión sobre los principales riesgos emergentes del sector financiero y cómo abordarlos.



Afi, representada por su socio Roberto Oliver, ha participado en esta edición para compartir su experiencia y conocimiento fruto de la colaboración que brinda a numerosos clientes en la gestión de los riesgos climáticos y ambientales en el negocio bancario.

El Congreso Latinoamericano de Riesgos (CLAR) en números:
+250 CRO y directivos de gestión de riesgos
+17 nacionalidades representadas
+70 bancos y empresas participantes

Al margen de la ponencia realizada por Afi sobre esta materia, Roberto Oliver ha tenido ocasión de conversar con José Paúl Rodríguez, presidente de la Comisión de Riesgos de la Asociación de Bancos dé Panamá y anfitrión de esta octava edición del Congreso Latinoamericano de Riesgos. A través de este artículo, se recogen en Empresa Global las principales impresiones facilitadas por José Paul.


Roberto: Me gustaría que me dieses tu valoración general sobre la aportación que este tipo de Congresos de riesgos puede brindar al sector financiero ante un entorno tan complejo como el actual para las entidades financieras.

José Paúl: La industria financiera no es un sector que cede ante adversidades, por el contrario, tiene la capacidad de adaptarse, casi que de forma inmediata a los cambios no previstos e incluso a anticiparse, con lo cual, es más bien una industria que convive con la incertidumbre. Eventos como el CLAR en la región son considerados una vitrina o elemento clave para discutir temas de actualidad, compartiendo experiencias y conocimiento de los diferentes puntos de vista de expertos que permiten apalancar metodológicamente la gestión y la visión estratégica para el proceso de la gestión de los riesgos. En esta octava edición hemos logrado avanzar en el conocimiento de ciertos tipos de riesgos no tradicionales, pero que en la actualidad ocupan un espacio preponderante en la agenda de trabajo de los CRO (Chief Risk Officer). Caben destacar los riesgos derivados del cambio climático, la presión que sigue ejerciendo los ataques cibernéticos en los actores de la industria y, recientemente, las derivadas de riesgos de horizontes de mediano plazo acercándose cada vez más rápido al corto plazo, como son los riesgos geopolíticos y los riesgos emergentes, pero con un nivel de criticidad asociado que agrava la situación y es que se requiere de información para poder cuantificar o estimar impactos potenciales, pero no necesariamente en los canales oficiales de información está presente. La agenda de un CRO cada vez más está asociada a los riesgos no convencionales o financieros. El tiempo para gestionar los riesgos se está saturando de riesgos donde la información es una variable clave y los órganos oficiales carecen de procesos metodológicos estructurados que garanticen el flujo de información para cuantificar. De este modo, el levantamiento de los datos seguirá siendo un reto adicional para apalancar el proceso de gestión de los riesgos. En la actualidad, los riesgos no financieros están siendo la clave de la relación con contrapartes financieras; los organismos multilaterales y los corresponsables bancarios. Estos están poniendo especial énfasis en estos tipos de riesgos, más que en los riesgos tradicionales. Casi que podría afirmar que más que el riesgo de prevención de blanqueo de capitales, que tradicionalmente demanda esfuerzos en cuanto a estructuras y sistemas robustos para apalancar la gestión. Sin embargo, esta tendencia tiene como beneficio acercar más la segunda línea de defensa al negocio de forma bidireccional, dado que entender las necesidades del negocio y de los clientes permite a los CRO gestionar ajustado al riesgo el desarrollo de productos, servicios e incluso la estrategia comercial relacionada con el asset allocation.


Roberto: Como voz autorizada en el ámbito de riesgos en la región, ¿qué evolución percibes durante estas ocho ediciones en las que se viene celebrando el CLAR, respecto a la cultura de riesgos existente en las entidades financieras de la región?

José Paúl. El CLAR gestó como principio compartir buenas prácticas y generar una agenda de constante dinamismo que le permita a la región procurar estandarizar procesos metodológicos o, al menos, tratar de establecer un marco de referencia en la industria que permita un diálogo más dinámico con los diferentes reguladores; ocho años más tarde hemos visto una evolución significativa, casi tan dinámica como el propio sector o industria; donde el llamado a ser participante te ofrece por default una experiencia única de tener una visión hacia donde están apuntándole los diferentes tipos de riesgos que toca a la industria financiera, su horizonte de tiempo y el cómo abordarles metodológicamente. Es un congreso de profesionales para profesionales, donde cada tipo de riesgos que tocan a la industria financiera es identificable y cuantificable, pero que le permite al conglomerado de entidades representadas por sus CRO lograr diseñar un marco de control que permita reducir el impacto potencial y ubicarlos en el residual, acorde al nivel de apetito de riesgo aceptables para cada entidad.


Roberto: Existe una creciente importancia en el sector financiero sobre la necesidad de realizar una adecuada gestión de los riesgos estratégicos y emergentes, ¿cuál es tu valoración sobre la globalidad de estas amenazas? ¿Percibes similitud entre las principales potenciales amenazas que afectan al sector financiero en Latinoamérica, respecto al resto de geografías?

José Paúl: La gestión de riesgos estratégicos y emergentes en el sector financiero es de vital importancia en todo el mundo, pero las amenazas específicas pueden variar según la geografía. En Latinoamérica, al igual que en otras regiones, las amenazas cibernéticas y la volatilidad económica son preocupaciones comunes. Sin embargo, en la región latinoamericana enfrentamos riesgos particulares, como la exposición a fluctuaciones de divisas, los precios de las materias primas (por ser considerados commodities) y la inestabilidad política en algunos países. Además, la inclusión financiera y la regulación pueden ser más heterogéneas en comparación con regiones más desarrolladas. En adición, en un sector cada vez más interconectado, donde la rápida evolución tecnológica que desafía la adaptación de las instituciones financieras y la incertidumbre geopolítica que puede afectar a los mercados internacionales, intensifica el nivel de criticidad que atraviesa la industria en la región; y si a esto le agregamos los conceptos de la sostenibilidad ambiental y las preocupaciones climáticas que están ganando importancia como riesgos emergentes, con regulaciones y presiones de los inversores que influyen en las estrategias financieras, se hace muy necesario expandir el conocimiento y robustecer los recursos dedicados a la gestión. En resumen, aunque hay similitudes en las amenazas que enfrenta el sector financiero en diferentes geografías, las especificidades regionales y los riesgos globales están moldeando la gestión de riesgos de manera única en cada lugar.


Roberto: El riesgo climático y medioambiental es uno de los principales ejes de la sostenibilidad y la gestión de este por parte de las entidades bancarias, y supone uno de los principales desafíos actuales dentro de la gestión de riesgos. ¿Qué valoración haces sobre el grado de madurez actual de las entidades financieras latinoamericanas ante la gestión del riesgo climático? ¿Qué pasos crees que se deben dar tanto a nivel regulatorio, como a nivel sectorial para avanzar en la correcta integración de este riesgo dentro de las entidades financieras?

José Paúl: El riesgo climático en la región es relativamente nuevo para el ámbito del sector financiero. Hasta ahora la industria ha avanzado significativamente en los procesos de gestión de los riesgos socio-ambientales dentro de los esquemas metodológicos del sistema de administración de riesgos socio ambientales, también llamados como SARAS. No obstante, los compromisos que todos tenemos con el plan 2030 para reducción de las huellas de efecto invernadero, están logrando incrementar el nivel de madurez a un nivel intermedio, dejando de estar solamente en el ámbito de lo social o ambiental. Por tanto, reconocer el riesgo climático como uno de los riesgos que toca o afecta a la industria puede apoyar significativamente en la evaluación de las carteras de créditos, determinarles el consumo a través de metodologías. Con toda seguridad, escalaremos su nivel de madurez a un nivel en muy cercano al actual en la gestión de los riesgos socio-ambientales. A nivel regulatorio, observamos que este tipo de riesgos ya ha sido identificado en la región; es decir, la industria financiera ya lo tiene asignado como uno de los tipos de riesgos que tocan a la industria y que ha de ser gestionado. En concreto, ya ha sido insertado en las normativas prudenciales emanadas por los entes reguladores, si bien de una forma genérica, sin que necesariamente vaya acompañado de directrices que insten a la industria en el "cómo gestionarlos". El "cómo gestionarlos", necesariamente requerirá de la asistencia de terceras partes para apoyar el proceso de inserción de gestión con procesos metodológicos y así avanzar más aceleradamente para equipararnos con los niveles donde la industria financiera europea se encuentra actualmente.


Roberto: Las autoridades europeas de nuevo están incrementando la presión sobre los procedimientos de prevención del blanqueo de capitales y financiación del terrorismo, con mayor énfasis por parte de los supervisores y con la creación de una autoridad supranacional responsable de realizar el seguimiento del cumplimiento de la normativa de la Unión Europea. ¿Cuáles serían los ámbitos de trabajo más relevantes en este riesgo para la banca panameña que ha trabajado tan intensamente en los últimos años por incorporar los más exigentes estándares de cumplimiento?

José Paúl: En la región se vienen efectuando avances significativos en la incorporación de estándares de cumplimiento en los últimos años, pero sigue enfrentando desafíos en el contexto de las presiones europeas en la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Algunos ámbitos de trabajo relevantes para mitigar estos riesgos podrían incluir:

  1. Debida diligencia mejorada
  2. Cumplimiento normativo continuo
  3. Evaluación de riesgos
  4. Capacitación y concienciación
  5. Tecnología y herramientas de cumplimiento
  6. Cooperación internacional
  7. Evaluación periódica
  8. Mantenerse actualizado
En resumen, la industria financiera a pesar de estar muy encima de este riesgo e incluso invirtiendo fuertes sumas de dinero en tecnologías y con niveles maduros de gestión, deberá continuar enfocándose en la mejora constante de sus prácticas y adaptarse a las demandas regulatorias cambiantes, para mantener su reputación y acceso a los mercados financieros internacionales; de allí que, en la actualidad, la gestión de este tipo de riesgos está cada vez más conviviendo con la inteligencia artificial a fin de prever desviaciones de los perfiles transaccionales de los clientes e incluso asociados a los procesos de originación de nuevos clientes, enfocándose con mayor precisión en aquellos clientes cuyas actividades o relación con ciertos mercados requieren más horas hombres de análisis y trabajo colaborativo con los gestores de gestión de clientes para mitigar dicho riesgo.


Roberto: Sin duda, . Muchas gracias por tus reflexiones, José Paúl. Hasta pronto.

Roberto Oliver, socio de Afi