Anna Ferrer, arquitecta de sueños
Noviembre de 2019 Anna ha sido el complemento perfecto a Vicente. Él visionario, ella pragmática, él entusiasta, ella ejecutora eficiente. Juntos han conseguido sacar a una de las zonas más pobres de la India de la pobreza extremaHace unos días, pude asistir a la celebración en Madrid del 50 aniversario de la Fundación Vicente Ferrer y conocer a Anna Ferrer. Cuando una ve su rostro y escucha sus palabras, entiende por qué han conseguido ser un referente entre las ONG que trabajan sobre el terreno.
Ella es la mujer que ha estado al lado de Vicente desde que llegaron a Anantapur, y ella es la que realmente lleva 50 años con su proyecto, ya que lamentablemente Vicente nos dejó hace ya 10 años.
Anna ha sido el complemento perfecto a Vicente. Él visionario, ella pragmática, él entusiasta, ella ejecutora eficiente. Juntos han conseguido sacar a una de las zonas más pobres de la India de la pobreza extrema. Ella cuenta que cuando llegaron hace 50 años a la Anantapur no había nada más que miseria, eran cuatro voluntarios sin ningún tipo de apoyo, ni ayuda, sólo con la visión y la convicción que Vicente tenía y que contagió al resto.
En estos 50 años han conseguido que tres millones de personas en la India salgan de situación de pobreza extrema. Su centro de VIH se ha convertido en un referente y atiende 70.000 consultas al año. Se encargan de plantar dos millones de árboles al año, 1,5 millones para reforestación y 500.000 árboles frutales nuevos. Han construido 34 escuelas y cinco institutos. Han impartido talleres sobre violencia de género a más de 27.000 mujeres y han evitado más de 100 casos de matrimonios infantiles. Han construido de 2.706 viviendas que han puesto a nombre de mujeres para preservar su independencia.
Sin duda alguna, las cifras son apabullantes, aunque como dice Anna, ojalá no tengan que celebrar otros 50 años, ya que eso significará que su labor ya no es necesaria y que su sueño se ha cumplido.
Ver la labor de ONG como la Fundación Vicente Ferrer y de las personas que trabajan en ella, hacen que una se reconcilie con el mundo.
Gracias Anna por compartir tus experiencias y por tu labor incansable día a día.